martes, 18 de septiembre de 2012

Gris oscuro.

Siento el viento jugando rebelde con mi pelo, acariciándolo con el olor a sal de mar que arrastra con él.
Sobre este acantilado de rocas blancas contemplo el crepúsculo que dibuja en el reflejo del agua del océano el contorno de las nubes grises que cubren completamente el horizonte mientras los últimos rayos de sol que asoman tímidos entre ellas van desapareciendo a través de la fina línea que divide cielo y mar.

Las lágrimas empiezan a acumularse fuertemente ante mis pupilas, reprimidas de libertad por los parpadeos de mis ojos caprichosos.
El frío que acompaña al aire arranca las hojas de los árboles que se extienden infinitos tras mi espalda. Y me hace temblar como una gota de lluvia a punto de estallar contra el suelo.
En esos momentos echo de menos tantas cosas... El ambiente grisáceo del paisaje incita a mis ojos a derramar tristeza pero algo presiona descaradamente mi estómago, impidiéndolo.
Por mis venas corre puro veneno, que enloquece mi cerebro hasta un punto que me escuece el cuerpo, y me duele el pecho.
Palpo mi torso dos veces, en busca de un agujero que me atraviese de lado a lado, pero solo encuentro la tela fría y húmeda de mi camiseta.

Y mi mente retorcida piensa a toda velocidad, buscando desesperadamente algo,  lo que sea; una razón. Una razón para intentarlo un poco más, para bajar de aquel acantilado dando un paseo por el bosque hasta casa,una razón para secarme las lágrimas escondidas y abrir los ojos de una vez, una razón para continuar, o para no dar el paso que me pide una intimidante sombra negra.

El último rayo de luz se marcha ocultándose detrás del helado mar que se extiende ante mis pies. Y en ese momento exacto que rompe la última ola contra el acantilado, mi cabeza se vacía de pensamientos, y me muevo tres pasos hacia el borde de la roca para no tener que seguir buscando nada.

Estoy cansada de buscar todo sin encontrar nada. Ahora no sé que pasará cuando termine el trayecto hasta el fondo del abismo.

2 comentarios:

  1. Muy buen relato, algo inquietante. Espero que no refleje los sentimientos de la autora.

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