miércoles, 26 de septiembre de 2012

Polvo de estrellas, sonrisa incomprendida, diamante de serrín.


Con los recuerdos esparcidos por el suelo y los sueños flotando como humo por la estancia, una pila de libros amontonados haciendo de mesilla y la ventana abierta dejando entrar la amenaza del sol con tragarse la luz de las estrellas.
Tirada sobre la cama deshecha, con los pantalones extraviados en el armario y una camiseta que la llega por las rodillas. Tan profundamente dormida, tan aparentemente tranquila, hermosa, soñadora,  feliz... Quién diría que se trata de un corazón mutilado, una vida rota.
A las 7.00 am explota el despertador en un molesto estruendo que ella ahoga con un golpe de sus delicadas manos. Mientras se levanta, recoge su rizado pelo rubio dejando al descubierto su cuello dolorido.

Con el sonido de "boulevard of broken dreams" en la radio, observa en el espejo sus ojos enrojecidos, su falsa sonrisa no expresada, y las manchas oscuras que cubren su pálida piel.
Y el miedo vuelve a sus pupilas, desesperadas de encontrar una salida, de perforar su mente y abrirla al mundo, absorber las nubes y marcharse con ellas.
Busca rápidamente las llaves del coche con la mirada. Y desata las cuerdas del perchero que tiene detrás de la puerta para coger una mochila y meter en ella su destino, y perderse con él en la inmensidad del mundo.

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